Decir que es posible que perenne no sea el mejor apodo en este caso.
Se trata de un manzano que crece en Canarias y en clima subtropical que tiene fruto y flor al mismo tiempo.
Se dice que los manzanos,
al igual que los perales, requieren de unas mínimas horas de frío
para su correcta floración y fructificación. Aquí se muestra las
capacidades adaptativas de que las plantas hacen gala. Aunque siempre
prefieren aquellas condiciones que les son más favorables, en otras
circunstancias puede que consigan adaptarse y llevarlo bien. Aunque
haya casos que se puede saber con certeza que una planta no puede
apañárselas en un sitio concreto a causa del clima o del tipo de
terreno, también es cierto y hay que tener en cuenta que, muchas
veces, el territorio posee variaciones y microclimas en donde
alguna especie que en otro lugar cercano no lo haría, allí puede
adaptarse.
Aquí, en Pujarnol,
tenemos un naranjo que está la mar de feliz, pese a que se han
anotado temperaturas de -10ºC, junto a un muro que desprende por la
noche el calor acumulado por el día y que lo protege del frío del
norte y de las heladas que bajan por la ladera, que son como fluidos
densos que tienden a bajar y acumularse como si de agua se tratara.
Para estos casos se puede disponer de setos vivos que dirijan la
helada lejos de las zonas dónde podrían ser más dañinas. Además,
cuando la tierra está cubierta con acolchado o espesa de vegetación
las heladas no tienen tanto efecto. Del mismo modo, se dice que poner
un cubo de agua al lado de una planta también es útil, tal como lo
es "vendar" los troncos más susceptibles con algún
material aislante que no apriete: la mayoría de plantas crecen a
partir del tejido verde que hay justo debajo de la corteza, si se
corta ese tejido en redondo la planta muere y si se obstruyese se
formaría un cuello de botella y no se desarrollaría tan bien.